Pongan un título a la historia
Hola princesa!! Han pasado 6 meses sin tu compañía y te sigo extrañando igual que el primer día. Hoy fue un día normal de escuela, con mucha tarea como siempre. Encontré a tu hermana pequeña camino a la escuela y le di un pequeño acercamiento, como prometí hacerlo en mi primera carta. Fui a ver a tu madre ayer, te alegrará saber que esta mejorando bastante. pasé a visitarte y te llevé flores, rosas coral, tus favoritas. como quisiera que pudieras contestar mis cartas llevaría mejor esto. te amo igual que el primer día e incluso más.
-te ama, tu príncipe.
Tomé la carta, la metí al sobre y dejé ir el globo. Me quedé mirando hasta que el sol no me dejó más y regresé a la casa. Subí las escaleras, entré al cuarto, cierré la puerta tranquilamente y me desplomé a llorar, como acostumbro a hacer desde que ella no está.
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Nuestra historia comenzó igual que muchas otras, pero el final no fue lo mejor.
Nos conocimos en la escuela (un cliché) , yo era el típico chico que se sienta en la esquina, nunca dice nada y así vive día a día. Todo cambio cuando ella entró por esa puerta, su cabello castaño, hondulado, hacía que sus ojos verde aceituna resaltaran, pero lo que la hacía más hermosa era su sonrisa, era tan auténtica que parecía casi irreal. A partir de ese momento supe que era el amor de mi vida, lo cual fue tonto porque ni siquiera me atrevía a hablarle.
Me dediqué a estudiarla, era incomodo porque a veces me atrapaba mirandola, no hacía nada solo me sonreía, yo me aterrorizaba y apartaba la mirada. Una vez se acercó, para mi sorpresa no huí. Tuvimos una breve conversasión y al final termine con su número de telefono en la mano.
Esa tarde llegué a casa y lo primero que hice fue escribirle, conversamos toda la tarde así que prácticamente nos conocimos, hablamos de todo; planes para el futuro, pasatiempos, gustos, libros, películas, música, incluso miedos e inseguridades. Hacía años que me guardaba todo para mí, pero algo en ella te hacía querer revelar todos los secretos del universo.
Un día en una fiesta, me armé de valor y la invité a bailar, casi me caigo cuando me dijo que si, no se porque lo hice, ni siquiera sé bailar. A ella no pareció importarle, estaba contenta y podía verlo en sus ojos, en esos hermosos ojos verdes con los que solía soñar. Esa noche me prometí a mi mismo que siempre haría todo por verla feliz, ya que una chica tan bella como ella no podía tener lágrimas en los ojos por nada del mundo.
Cada momento con ella era único y eso solo me enamoraba más. Recuerdo como su hubiera sido ayer el día que le pedí que fuera mi novia. Hasta ahora a sido el recuerdo más feliz que tengo. Estaba muy nervioso, quería que fuera muy especial, tan especial como la chica que lo merecía, le llevé rosas color mamey (sus favoritas según sus mensajes), me hinqué y se lo pregunté, los segundos después fueron los más largos de mi vida, pero cuando finalmente dijo que si, me puse de pie y la abracé, olía a perfume, jabón de ropa y mujer. Era el hombre más feliz del mundo y quería hacerla la mujer más feliz.
El primer mes de relación fue excelente, incluso dimos nuestro primer beso. Fue en una cafetería, sabía que era el primero de ella y aun así lo hizo como profesional, la sensación era exquisita, sus labios suaves y carnosos, sabían a lipstick de cereza y vainilla. Cuando nos separamos soltamos una carcajada de nervios y luego sonrío, esa sonrisa tan suya que me hizo caer enamorado. Me pregunté si eso era el amor, poder sonreír sin razón alguna junto a la persona que más quieres en el mundo.
Las cosas pasaron, y a los 6 meses, nos veíamos a diario en la escuela, compartíamos secretos y aventuras en las tardes, así como platicas sinceras y profundas durante la noche. Me hizo ver el mundo diferente, por su forma de hablar de todo, la pasión que ponía a lo que le interesaba, me enseñó arte, fotografías, locuras, todo. Pero nada es eterno ni siquiera la felicidad.
Una tarde me dijo que se iría de la escuela e iría a estudiar a otro lado, sabía que no era el final de la relación pero ya no la vería a diario y eso dolía. Nunca fui muy bueno en la escuela, así que me prometió que si lograba ser el primero de la generación la vería todos los días. Lo conseguí pero para entonces ya era demasiado tarde.
Me llamaron del hospital, ella tuvo un accidente en un auto y no sabían si sobreviviría. Tomé mis cosas y volé al para allá. No importa si hubiera llegado 10 minutos antes, ella murió justo cunado colgué el teléfono. El día 18 de Octubre 2017, ya casi cumpliamos un año, me dejó aquí con una promesa incumplida y un corazón destrozado.
Un día en una fiesta, me armé de valor y la invité a bailar, casi me caigo cuando me dijo que si, no se porque lo hice, ni siquiera sé bailar. A ella no pareció importarle, estaba contenta y podía verlo en sus ojos, en esos hermosos ojos verdes con los que solía soñar. Esa noche me prometí a mi mismo que siempre haría todo por verla feliz, ya que una chica tan bella como ella no podía tener lágrimas en los ojos por nada del mundo.
Cada momento con ella era único y eso solo me enamoraba más. Recuerdo como su hubiera sido ayer el día que le pedí que fuera mi novia. Hasta ahora a sido el recuerdo más feliz que tengo. Estaba muy nervioso, quería que fuera muy especial, tan especial como la chica que lo merecía, le llevé rosas color mamey (sus favoritas según sus mensajes), me hinqué y se lo pregunté, los segundos después fueron los más largos de mi vida, pero cuando finalmente dijo que si, me puse de pie y la abracé, olía a perfume, jabón de ropa y mujer. Era el hombre más feliz del mundo y quería hacerla la mujer más feliz.
El primer mes de relación fue excelente, incluso dimos nuestro primer beso. Fue en una cafetería, sabía que era el primero de ella y aun así lo hizo como profesional, la sensación era exquisita, sus labios suaves y carnosos, sabían a lipstick de cereza y vainilla. Cuando nos separamos soltamos una carcajada de nervios y luego sonrío, esa sonrisa tan suya que me hizo caer enamorado. Me pregunté si eso era el amor, poder sonreír sin razón alguna junto a la persona que más quieres en el mundo.
Las cosas pasaron, y a los 6 meses, nos veíamos a diario en la escuela, compartíamos secretos y aventuras en las tardes, así como platicas sinceras y profundas durante la noche. Me hizo ver el mundo diferente, por su forma de hablar de todo, la pasión que ponía a lo que le interesaba, me enseñó arte, fotografías, locuras, todo. Pero nada es eterno ni siquiera la felicidad.
Una tarde me dijo que se iría de la escuela e iría a estudiar a otro lado, sabía que no era el final de la relación pero ya no la vería a diario y eso dolía. Nunca fui muy bueno en la escuela, así que me prometió que si lograba ser el primero de la generación la vería todos los días. Lo conseguí pero para entonces ya era demasiado tarde.
Me llamaron del hospital, ella tuvo un accidente en un auto y no sabían si sobreviviría. Tomé mis cosas y volé al para allá. No importa si hubiera llegado 10 minutos antes, ella murió justo cunado colgué el teléfono. El día 18 de Octubre 2017, ya casi cumpliamos un año, me dejó aquí con una promesa incumplida y un corazón destrozado.
Jamas había sentido ese dolor, desgarraba por dentro, la ví ahí tendida sobre la mesa, juraría que si me acercaba y la movía, abriría los ojos llenos de color, me abrazaría, me envolvería con su olor y sonreiría, llenaría mi vida de nuevo, pero al acercarme estaba fría y tiesa.
El funeral fue dos días después, fue una bonita ceremonia, si los velorios tienen algo de bonito, me quedé hasta el final. El maquillador hizo un gran trabajo, sus labios carmesí y carnosos despertaron los recuerdos de la sensación de nuestro primer beso, sus mejillas sonrosadas de rubor hacían que casi pareciera...viva.
Todos los días la extrañaba y la lloraba como si eso me consolara, nuestro aniversario de un año fue una semana después del funeral, le lleve flores, sus favoritas y platiqué con ella como si pudiera escucharme o contestarme.
Las cartas me traian cierto consuelo, le contaba mis días a veces buenos a veces malos, le escribia mas o menos una vez por semana, visitaba a su familia y en mis cartas le contaba a ella como estaba la gente que había dejado atrás.
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18, noviembre 2017
Hola hermosa!! Ya va 1 mes desde que te fuiste y sigo extrañandote cada día. ¿Qué crees? Acaban de entegrar calificaciones y ¡soy el mejor promedio! Lo conseguí como prometí ahora tu cumple tu promesa! Ven a verme a diario porfavor! Te necesito mucho. Prometo acercar a tu hermana a la escuela siempre que la encuentre de camino y visitar a tu madre para ver como esta. Te espero para cuando puedas venir a verme.
-te amo.
18 diciembre 2017
Hola mi niña! Hace dos meses te fuiste y llevo dos meses siendo el mejor de la generación lo prometí ¿lo recuerdad? Vuelve, solo quiero darte un abrazo más solo un te amo más y te dejaré marchar en paz, regresa y cumple tu promesa.
-aun te amo
La muerte me la arrancó de mi lado y ahi entendí que nada es eterno ni la felicidad, ni el amor, ni ..... la vida.
Escrito por: la chica lectora.
wowowowowowowowowowow!!!
ResponderEliminarSi no estuviera la gente mirándome... estaría llorando un chorro :(
Esta HERMOSA!!
No inventesss me encantó! lo voy a leer con más calma... :) ;)
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